miércoles, 24 de octubre de 2012

Monumento a las victimas de Junio de 1956. Poznan, Polonia


Si estamos visitando la ciudad polaca de Poznan y llegamos a la Plaza Adam Mickiewicz, y es fácil que lleguemos porque en sus alrededores se encuentran varios atractivos turísticos de la ciudad como por ejemplo, la Universidad, el antiguo Castillo Imperial o la Opera Gran Teatro, debemos rendir homenaje a quienes vivieron los acontecimientos de los días 28 de junio y posteriores.

El monumento a las victimas de junio de 1956 fue inaugurado en junio de 1981. Conmemora la sublevación obrera de Poznan; el Jueves Negro. Una manifestación (tras la muerte de Stalin en 1953) pidiendo “pan y trabajo”, que dejó 76 muertos y miles de heridos.
Se trata de dos cruces de 20 metros de altura unidas entre sí. En una cruz refleja la fecha de 1956 y en la otra se han añadido con posterioridad varias fechas de otros acontecimientos importantes en la historia de la ciudad y del país.

El 28 de junio de 1956 la ciudad polaca de Poznan salió la calle, cansado de ver como se ninguneaban sus derechos. Las protestas fueron masivas y la represión de lo más violenta.

Poznan era uno de los lugares más industrializados del bloque comunista y los obreros sufrían condiciones laborales más dignas de la edad media que del siglo XX. El mismo 28 de junio de 1956, en la fabrica de Industrias Metálicas Josef Stalin, más conocida como “Cegielski”, la mayoría de los empelados salieron a la calle a protestar. Fue la cerilla que prendió la mecha; trabajadores de otras fabricas, estudiantes y otros ciudadanos se les unieron. Llegaron hasta la plaza Adam Mickiewicz, donde se encontraban edificios gubernamentales y la sede de la policía comunista. Uno de los lemas de los protestantes era “Pan y trabajo” y de ninguna manera fue una protesta ideológica como se trato de hacer ver posteriormente, publicando que los alborotadores eran personas de ideología capitalista.
Las revueltas continuaron hasta el 30 de junio.

La protesta se tradujo en unos 100 muertos y centenares de detenidos y heridos. En un principio parecía que la “victoria” del gobierno comunista había sido abrumadora, no obstante sobre el terreno así fue, pero la moral quedo tocada. Poco a poco las mejoras para los trabajadores fueron llegando ante el temor de nuevas revueltas y el gobierno polaco cambio de dirección siendo Władysław Gomułka su nuevo líder, un hombre de corte mucho más moderado.

Estos acontecimientos son considerados los más importantes de la historia moderna de Polonia y el desencadenante de la posterior caída del comunismo en el país.




Este es sin lugar a dudas un espacio para la reflexión, para el recuerdo de los que lucharon por mejorar las condiciones de todos, tanto laborales como sociales, aquellos que dieron su vida, literalmente, diciendo que no estaban de acuerdo, que no podían toleran más esa situación de penuria y opresión. También es un lugar de aprendizaje. No se puede pasar por allí y ver tan solo dos cruces, hay que indagar, preguntar y pensar el por qué se ha levantado esa mole ahí y darse cuenta de los errores que no se deberían volver a cometer.

3 comentarios:

Victor dijo...

Hoy en día deberíamos aprender todos de aquel acontecimiento, tanto los trabajadores/parados de hoy en día como los gobiernos que nos dirigen. Los primeros porque parece que no hay conciencia de todas las condiciones que nos están quitando y solo unos pocos salimos a manifestarnos... y los segundos, para no repetir aquel trágico hecho con sus abusivos metodos de dispersión. En fín, que no se repita la historia... y para ellos están este tipo de monumentos.

Un abrazo!

Mikel Goiko dijo...

Si amigo. Nos creemos que no sirve de nada protestar, quejarse o manifestarse, pero lugares así nos demuestran lo contrario, que se pueden cambiar las cosas, que el pueblo debe tener el poder aunque cueste lograrlo y que sistemas tan consolidados (como el comunismo en aquel momento) pueden caer. No podemos olvidar la historis y repetir los errores del pasado.

Mikel Goiko dijo...
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