Soria, ciudad de poetas y poesía en si
misma. La pequeña urbe es un remanso de paz, alejada de los agobios
de las grandes ciudades, la capital castellana (la menos de poblada
de todas las capitales de provincia españolas), conjuga a la
perfección la labor de cabeza provincial con la naturaleza que
convive en sus limites.
La plaza Mariano Granados puede ser un
buen lugar para comenzar a visitar Soria. Entre otras cosas por la
existencia de una oficina de información turística donde proveernos
de mapas e información varia. Si vamos en coche, esta zona es de
OTA, aunque bien es cierto que si nos salimos de las calles del
centro y buscamos un poco, encontraremos aparcamiento sin demasiada
dificultad.
En esta plaza se encuentra la entrada
al parque Alameda de Cervantes, que dejaremos para el final si
deseamos descansar. Junto al parque se encuentra el Museo Numantino.
La escultura del Caminantes preside la
glorieta de la que parten dos calle interesantes que nos adentran en
el casco antiguo. Elegimos esta vez la calle Marques de Vadillo.
Llegamos hasta la plaza de San Blas y el Rosel, de la que salen
varias calles, entre las que se encuentra la calle Condes de Gómara.
Nos topamos con el palacio que da
nombre a la calle, el Palacio de los Condes de Gómara. Una sobria
edificación en la que no llaman la atención los arcos que rodean
los ventanales, las columnas jónicas de la planta superior y la
robusta torre.
La cercana calle Zapatería no abre
paso a la Plaza Mayor mediante el Arco del Cuerno, llamado así por
servir de toril en la época en que la plaza se empleaba para los
festejos taurinos.
La Plaza Mayor es el centro neuralgico.
Presidida por la Fuente de los leones y rodeada por diversos
edificios de gran interés.
El Palacio de la Audiencia, en la parte
oriental de la plaza, de estilo neoclasico y erigido en el siglo
XVIII fue además ayuntamiento y cárcel. En su fachada se encuentra
el mismo reloj al que cantará Antonio Machado en uno de sus poemas.
Actualmente es sede de un centro cultural.
También se encuentra aquí la Iglesia
de Santa María la Mayor, que goza en su construcción de varios
estilos arquitectónicos. En esta iglesia contrajeron matrimonio
Antonio Machado y Leonor Izquierdo y junto a la puerta de entrada se
haya una escultura en honor a esta.
Un poco más alejada del resto de
edificios se encuentra la Torre de Doña Urraca. En realidad
perteneció a la familia Suero Vega y no hay fuentes documentadas de
que la Reina pasase por Soria. Sin embargo la voz popular se hace
aquí más fuerte y se da como cierta la versión de que Doña Urraca
estuvo presa en la torre de dicho palacio.
Abandonamos la plaza por El Collado, la
arteria más bella de Soria. Repleta de edificios bajos en cuyos
soportales se pueden encontrar ejemplo arquitectónicos de principios
del siglo XX.
Desviándonos por San Juan nos
aproximaremos a la confluencia entre las calles Caballeros y San
Juan de Rabanera, en este punto, junto a la iglesia de San Juan de
Rabanera tenemos la Diputación Provincial y la delegación de
Hacienda. El primero, un palacio del siglo XIX, presidido por ocho
esculturas de personajes ilustres unidos de una u otra manera a la
historia de Soria. El segundo, un palacete de principios del siglo XX
al que se trasladó la sede de hacienda en 1950.
estaremos a un paso de nuestro punto de
partida y aquí se nos plantean dos opciones, disfrutar del parque
por excelencia de la ciudad o conocer la historia de la provincia,
ahondando de manera especial en la conocida ciudad de Numancia.
2 comentarios:
Soria creo que es una gran desconocida, yo he estado varias veces allí ya que tengo familia y me encanta el ambiente que hay de pueblo. Además los alrededores son preciosos también. Un abrazo. ;-)
Nosotros fuimos más por conocer los alrededores (Laguna Negra, Calatañazor, Numancia, etc) pero no quisimos dejar pasar la oportunidad de visitar la capital. Nos gustó mucho y además coincidimos con las fiestas, así que el ambiente era genial.
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