domingo, 24 de octubre de 2010

INTERRAIL 2010. 2ª parte. PRAGA

DOMINGO 26. LLEGADA Y UNAS HORAS EN PRAGA
En poco más de cinco horas el primer tren que tomamos en el viaje nos dejaba en Praga, la capital de la República Checa.
Tras cambiar unos euros a Coronas (la moneda checa), nos metimos en el metro para llegar a nuestro Hostel, que no estaba muy lejos pero que cargando con las mochilas parecía más de lo que era.
Nos alojaríamos en el Welcome Praga Centre. Un hostel barato y en condiciones. Nos salió por 29 €. Teníamos una habitación grande para nosotros solos, que contaba con una cama de matrimonio y otras dos individuales, con 4 mesillas de noche y una mesa más grande con 3 sillas. Había bastante espacio en la habitación. El baño era compartido pero lo teníamos cerca y había dos en nuestra planta, y contando que había poca gente en el Hostel pues casi casi que para nosotros.
El hostel estaba cerca de Plaza de Wenceslao y como ya era tarde tan solo fuimos a dar un vuelta por esta plaza. En una de sus esquinas había unos puestecillos de comida, bebida y productos de artesanía, donde aprovecharíamos para cenar por poco dinero. Una salchicha grande en bocadillo, un crepe y una cervecita seguido de un paseo antes de ir a dormir.


LUNES 27. DÍA EN PRAGA.
Nos levantamos pronto pero sin madrugar en exceso, a eso de las 8:30. Tras desayunar lo primero que hicimos fue volver a la estación de tren para interesarnos por el tren que esa misma noche nos llevaría a Polonia, concretamente a Cracovia. Un tren que tomaríamos a las 22:30 y llegaría a Cracovia sobre las 6:30 de la mañana del martes. Pagamos 4€ por reservar unas “camas” donde pasamos la noche nosotros dos solos.

Como solo íbamos a estar un día en Praga decidimos acudir a un tour guiado y gratuito que conocimos gracias a un de los muchos diarios que hemos leído sobre viajes por europa. Se trata de la empresa Sandelman New Europe. Esta ofrece tours guiados por varias ciudades de europa y de oriente medio. Los guías son personas españolas o hispanas que viven en las propias ciudades y quieres sacarse un dinerillo.
La verdad es que la experiencia fue muy positiva, nuestro guía, David, era un chico de Guadalajara que nos explico muchas cosas de la historia de la ciudad y el país (muy interesante por cierto) y de los lugares que visitamos. Además se explicaba muy bien, era un tipo muy inteligente y gracioso.

Nuestra visita la empezamos en la plaza de la ciudad antigua, presidida por la torre del viejo ayuntamiento y la iglesia de Nuestra Señora de Týn, del siglo XIV.
Es licito decir en este momento que la ciudad de Praga sufrió mucho durante la II Guerra Mundial y es admirable como a ido saliendo adelante.
Continuamos nuestra ruta por las calles de centro histórico haciendo un alto en el Teatro de los Estados. Fue en este lugar donde, en 1787, Mozart estrenó su Opera”Don Giovanni”. Una de las piezas de esa obra, Kde domov múj? (¿Donde está mi hogar?) es hoy el himno nacional de la República Checa. En nuestro camino pasamos por la casa de la Virgen Negra y llegamos hasta la Torre de la Pólvora y la Casa Municipal. La Torre de la Pólvora es del siglo Xi y era una de las 13 entradas a la ciudad vieja, aunque, ciertamente, tenía escaso valor defensivo. Adquirió su nombre al ser utilizada como almacén de pólvora en el siglo XVII.
Junto a esta torre se haya la Casa Municipal. Esta casa ocupa el lugar donde se hallaba el antiguo palacio de la Corte Real, donde vivía la nobleza desde 1383 hasta 1485. El palacio fue demolido a principios de siglo XX y sustituido por el centro cultural que es hoy en día.

Desde allí nos fuimos hacia el barrio judío. A pesar de que hoy el antiguo gueto ha desaparecido, se conservan bastante bien muchos de los emplazamientos del lugar, como varias sinagogas y el antiguo cementerio judío.
Nuestra entrada al barrio judío la realizamos junto a la estatua de uno de mis escritores favoritos, Franz Kafka. A pocos pasos se encuentra la Sinagoga española. Muchos de los judíos españoles expulsados por los Reyes Católicos del territorio español fueron a parar hasta este lugar y construyeron aquí sus templos. Como curiosidad comentar que el edicto que firmaron los Reyes Católicos para esa expulsión fue derogado en los años 90 por el Rey Juan Carlos I, unos 500 años después, lo que quiere decir que hasta ese momento los judíos eran ilegales en España.
El barrio judío de Praga es un lugar bonito y cargado de historia. Otra de las muchas curiosidades de este lugar es que Adolf Hitler lo visitó durante la dominación Nazi de la ciudad y pidió que no se destruyese, que se dejase un edificio donde una familia judía, elegida por el, viviría para que el mundo supiese que y como eran los judíos una vez que hubiese acabado con ellos. Pretendía que este lugar fuese un museo.

Tras caminar por las calles del antiguo barrio judío (hoy ya no lo es como antaño), entre templos y edificios curiosos,como un hotel donde en época comunista se alojaban las autoridades de otros estados y en tiempos más cercanos, personalidades como por ejemplo Michael Jackson; se acababa la mañana.

Antes de comer fuimos regresando hacia el centro, terminando nuestra visita matinal en Narodni divadlo, que fue sede de las SS durante la ocupación alemana. Aquí nos enteramos de como la ciudad checa sufrió, no solo durante la II Guerra Mundial, sino después de ella, cuando supuestamente estaba siendo liberada por los soviéticos, liberada de unos nazis que para cuando llegaron los rusos ya no quedaba ni uno en Praga, lo que no evito que destrozaran la ciudad una vez más. No es de extrañar que hoy por hoy los checos no se fíen de nadie y sean precavidos.
Tras comer y descansar un rato sentados, tocaba rendir visita a la margen izquierda del Moldaba, el río que baña la capital de la República Checa.
Cruzamos por el que puede ser uno de los mayores símbolos de Praga (si no el mayor), el Puente de Carlos IV. Actualmente es peatonal, pero en sus época servía de paso para carruajes. Con una longitud de 520 metros, era el único que cruzaba el Moldava hasta 1741.
Al otro lado nos esperaba Malá Strana. Un lugar de artistas y bohemios que a tanto a inspirado, por ejemplo al gran Joaquin Sabina. Aquí se encuentran bellos palacios y casas antiguas.
Tras respirar el magnifico ambiente de Malá Strana tocaba subir cuestas, pero no importaba porque el premio arriba mercería la pena. Era el Castillo de Praga.
Dentro del recinto del Castillo se construyeron un palacio, tres iglesias y un monasterio. La época más importante para el castillo fue la que correspondió al reinado de Rodolfo II. Posteriormente, con el cambio de sede de los Habsburgo a Viena, tan solo se uso ocasionalmente y desde 1918 es la residencia del presidente de la República.
Destacan sobre el resto de lugares la Catedral de San Vito, el Palacio Real y el Callejón del Oro.

Estábamos contentos porque habíamos visto mucho de Praga. Solo nos quedaba uno de los actos que reúne a más gente, sobre todo turistas, pues los habitantes de Praga ya estarán cansados de verlo. No hablo de otra cosa que el toque de las horas en punto del Reloj Astronómico de la Plaza Vieja.
A cada hora en punto por el reloj pasan los 12 apóstoles y 4 figuras que representa los 4 males de la Edad Media se mueven de forma llamativa. La Muerte, representada por un esqueleto; La Vanidad, figura que se mira en un espejo; La Avaricia, figura que se asemeja a un prestamista judío y el Turco, figura que sacude la cabeza a los lados.

Como curiosidad, y ya son muchas, esas figuras no tienen ojos y ello se debe a que al autor del reloj se los arrancaron.
Cuando este acudió al ayuntamiento a cobrar la cifra establecida por la realización de la obra, le arrancaron los ojos de sus cuencas, aturdido ante el dolor y la incomprensión preguntó el por qué de ese extraño “finiquito” cuando él había construido para Praga el mejor y más bonito reloj del mundo, la respuesta fue que precisamente por eso, para que no pudiese hacer otro para cualquier otra ciudad. Era la extraña manera que tenían los checos de guardarse el copyright (y nos quejamos ahora de la SGAE).
Tras esto el autor mando a sus ayudantes romper el sistema interno del reloj para que no funcionase. Estos lo hicieron pero uno de ellos se hirió y se amputó un brazo en el intento, el cual bloqueo el sistema de poleas del reloj y lo inutilizó. Al salir a la calle desangrándose y muriéndose, dijo a los allí presentes que había maldecido el reloj y que no funcionaría en 100 años; cayó muerto allí mismo y los ciudadanos de la época (susceptibles por todos lados) lo creyeron y no se acercaron más al reloj.
Años después al ver que llegaron los 100 años y los 101 y los 102 y el reloj seguía sin funcionar, les entró a las autoridades el escepticismo y contrataron a unas personas para que lo volviesen a poner en funcionamiento. Estas personas se aprovecharon de la coyuntura y alegaron que habían tenido que luchar contra demonios y fantasmas para deshacer la maldición, cuando lo único que hicieron fue quitar un brazo podrido de 100 años de antigüedad, y enriquecerse con la inocencia de las gentes de la época.
Y tras esta historieta, que espero os haya gustado, os dejo el video del evento en cuestión.



Nada quedaba ya por hacer, así que tras dar un paseo tranquilamente y buscar la cena, recogimos las mochilas del hostel y nos acercamos a la estación de tren, donde a las 22:30 saldría nuestro ferrocarril hacía Cracovia.

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