lunes, 4 de febrero de 2013

Segovia. El medievo a pie de calle.


La ciudad de Segovia, declarada Patrimonio de la Humanidad en 1985, muestra entre sus calles la herencia legada por las diferentes culturas que en ella moraron.
Su casco histórico, de marcado carácter medieval, ofrece entre sus estrechas y amuralladas callejuelas numerosos atractivos para el deleite del viajero moderno.
No solo son los edificios los que merecen un vistazo, sino que podemos encontrar salas o lugares dedicados al arte o la cultura, así como numerosos locales donde disfrutar de su exquisita gastronomía.


El mejor punto para comenzar la visita es la Plaza del Azoguejo, donde se encuentra el punto más impresionante del Acueducto.
Este es el símbolo más emblemático de la ciudad. Construido por los romanos allá por el siglo I o II, es considerada la obra de ingeniería civil romana más importante de España. Se realizó sin ningún tipo de argamasa, buscando la ubicación  perfecta de todas y cada una de las piedras para que entre ellas lograsen mantenerlo en pie.
Fue concebido para llevar el agua hasta la ciudad desde un manantial situado a 17 kilómetros de esta. Su parte monumental cuenta con unos 800 metros en los que 166 arcos distribuidos en distintos órdenes hace alcanzar los 29 metros de altitud. 



Como no podía ser de otra manera, una obra de esta magnitud ha sido objeto de diversas leyendas y habladurías. La que ha llegado hasta nuestro días es la que cuenta que...

Antes de la construcción del acueducto los habitantes de la ciudad tenían que recorrer un largo camino en busca de agua, debiendo realizar varios viajes en caso de necesitar mucha agua.
Quienes debían realizar esa tarea eran los sirvientes y la gente pobre. Una de esas criadas realizaba uno o varios viajes al día. Durante una jornada en la que se sentía muy cansada exclamó que daría lo que fuese con tal de librarse de aquella esclavitud. Al instante apareció un hombre que le preguntó si estaría dispuesta a entregar su alma a cambio de que él llevase el agua a la puerta de su casa. La joven muchacha aceptó sin reparar en el trueque que el hombre le ofrecía. El acuerdo se selló con la condición de que el agua estuviese en la casa de la muchacha antes del amanecer.

Durante aquella noche se desató una tormenta como nunca se había visto en el lugar. Entre rayos y truenos se divisó al mismísimo demonio volando y transportando piedras para la construcción del acueducto.
Atemorizada y consciente del pacto que había hecho con el diablo, la joven comenzó a rezar pidiendo a Dios por la salvación de su alma. Cuando todo parecía perdido, pues tan solo faltaba la colocación de la ultima piedra, cantó el gallo y los rayos del sol se adelantaron a su salida habitual.
El demonio enfureció, pero reconoció no haber cumplido su parte del trato.

Debido a la extrañeza que generó en sus vecinos la aparición de tal mole en tan solo una noche, la criada explicó lo sucedido al párroco. En agradecimiento los segovianos llevaron al acueducto una imagen de la Virgen y otra de San Esteban.

Leyendas aparte nos introducimos de lleno en el casco antiguo. La calle Cervantes nos lleva hasta hasta el teatro del mismo nombre y junto a él la Casa de los Picos, original del siglo XV y que toma su nombre de los picos que adornan su fachada.


La estrecha callejuela nos lleva hasta la Plaza de San Martín donde encontramos la Iglesia de San Martín de la que llama la atención el atrio y la torre mudéjar. En esta plaza podemos observar varios edificios de carácter medieval que complementan al templo y dotan de gran belleza al emplazamiento.
Buscamos desde este punto la Plaza del Corpus. Estamos en la antigua Judería. Aquí se alza el Convento del Corpus Chirsti, que fue la Sinagoga Mayor, construida en el siglo XIII.

  

La judería se extendía por la calle de la judería vieja (donde podemos visitar un centro didáctico donde se muestra la forma de vida y cultura judía en una casa perteneciente a un judío de la época medieval), calle de Santa Ana o judería nueva. Si llegamos hasta la Puerta de San Andrés, podemos visitar un pequeño espacio informativo de la muralla.

 

La judería se encuentra cerca de la plaza Mayor donde encontraremos el ayuntamiento, el teatro Juan Bravo y la joya de la corona; la impresionante Catedral.

La Catedral de Segovia es la última catedral gótica que se construyó en España. Se levantó a lo largo del siglo XVI, mientras en otras ciudades europeas ya se utilizaba el estilo renacentista.

Se la conoce como la “Dama de las catedrales” y bien merecido tiene el seudónimo porque su belleza no tiene parangón. Los pináculos del ábside en estilo gótico florido, la esbelta torre o su cúpula, son detalles que remarcan el templo.

  

En su interior se puede apreciar la grandiosidad de sus dimensiones que ya se atisba desde fuera. El Retablo Mayor y el Coro son los elementos más destacados. No desmerecen en absoluto las 18 capillas que se sitúan a lo largo del templo, destacando algunas por sus pinturas y esculturas.

Podemos caminar desde aquí hasta otro de los emblemas de Segovia, el Alcázar. Poco más de 500 metros para llegar a la antigua residencia Real.

No se conoce el origen exacto del Alcázar, pero si sabemos que su aspecto actual se debe al reinado de Felipe II, en el siglo XVI.
Fue empleado como vivienda real durante las cacerías que tenían lugar en la zona, más tarde sirvió como prisión y finalmente fue sede del Real Colegio de Artillería, fundado por Carlos III en 1762.
Actualmente es un museo dependiente del patronato del Alcázar.

El edificio sorprende desde su primera visión, la torre del homenaje (conocida como torre de Juan II) da la bienvenida al recinto.
Una vez superado el foso mediante el puente levadizo, nos adentramos en el castillo. En el interior visitaremos varias estancias privadas decoradas al estilo de la época y cono mobiliario original, la capilla y, si lo deseamos podemos ascender a lo alto de la torre, desde la que obtendremos una bella vista de la ciudad.

El alcázar ha sido un lugar importante para la historia de España, por ejemplo, en él fue proclamada Reina de Castilla Isabel I, la Católica.
También ha sido escenario de películas o series de televisión, como la conocidísima Águila Roja, donde el castillo es la vivienda del monarca.

 
Que mejor lugar que los jardines del Alcázar para que caigan los últimos rayos de sol sobre la capital castellana. El ocaso del día que trae consigo una preciosa estampa bañada en tonos ocre y oro.

 

No podemos dejar Segovia sin disfrutar de su gastronomía popular en los numerosos locales que a lo largo de la ciudad nos ofrecerán los productos típicos de la provincia.
También es posible realizar alguna excursión a lugares cercanos, como la Granja de San Ildefonso.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Aupa Goiko, no sé cómo he llegado aquí pero vaya blog más guapo!!!!!No sabía que te gustaba tanto viajar y conocer sitios.......aunque ahora me cuadra que cuando estuvimos en Gijón con el equipo madrugaste para ir a dar una vuelta por la ciudad mientras los demás dormíamos la mona jajajajaja

A cuidarse!!!!!

Jaime (de Sopuerta)

Babyboom dijo...

Mira que he estado veces en Segovia pero no sabía lo de la leyenda del acueducto, como dicen, no te acostarás sin saber una cosa más. Tampoco sabía lo de Águila Roja, con lo que me gusta!!! Un abrazo!!! ;-)

Mikel Goiko dijo...

Ese Jaime.

Muchas gracias por tu comentario. Pues ya ves, es una "enfermedad" esta del viajar y conocer lugares que me obliga a hacer cosas como aquella de Gijón; pudiendo dormir la mona como merecía la ocasión, jeje

Un abrazo crack

Mikel Goiko dijo...

Babyboom, ya sabes que Segovia (como el resto de Castilla) es tierra de leyendas. A mi ocurre que cada vez que visito una ciudad castellana me cuentan un nueva leyenda sobre ella, esta muy bien.

Cuando veía Águila Roja y salía alguna escena en el palacio del rey a mi me resultaba extrañamente familiar el decorado, hasta que un día viendo unas fotos que hice en el interior del Alcázar dí con una de un tapiz que sale en la serie y descubrí que se grababa allí.

Un abrazo.