La capital eslovaca es la gran olvidada de la cuenca del Danubio, si bien esta muy lejos del interés
suscitado por ciudades como Viena o Budapest, bien merece una visita.
Además precisamente la cercanía a estas dos grandes ciudades
facilita sobremanera el poder dedicarle un día.
Sobre las diez de la mañana estábamos
en Bratislava. A partir de ese momento íbamos a recorrer la ciudad a
píe, pues las distancias son cortas y es la mejor manera de
disfrutar de los lugares siempre que se pueda.