Para celebrar el post número 100 del blog he querido escribir sobre un lugar especial, algún sitio que me haya dicho algo más que el resto, ese elemento que me haya transmitido sensaciones diferentes y, sin duda, ese fue el Coliseo de Roma.
Un lugar que quise visitar desde niño debido a mi pasión por el Imperio romano y todo lo que tiene que ver con él. El Coliseo, creo yo, muestra toda la grandeza de la Roma clásica y las enormes expectativas que tenía no se vieron truncadas al encontrarme a los pies del majestuoso edificio.
COLISEO DE ROMA
La
construcción del Anfiteatro respondía a la necesidad del nuevo
emperador, Vespasiano, de alabar su imagen pública, pues no
descendía de familia noble como era habitual en los regidores
romanos.
Para
ello drenó el lago artificial de la Domus Aurea, perteneciente al
extravagante Nerón. Ese fue su primer acierto, pues devolvía un
espacio robado por Nerón al pueblo.