En este recinto se constata el devenir
de la historia de la ciudad, influenciada por diversas culturas, las
cuales se encargaron de dejar su huella en tan importante lugar.
El Alcázar original, el Palacio
Islámico, fue ordenado construir por el primer califa andaluz, Abd
al-Rahman III en el año 913. Posteriormente fue cambiando de manos y
de fisionomía. La Reconquista de estas tierras por los cristianos,
en 1248, encabezados por el Rey Fernando III de Castilla, fue un
hecho de vital importancia para la estructuración del recinto. Si
bien el monarca no pudo disfrutar en gran medida del Alcázar debido
a su cercana muerte, sí lo hizo su sucesor, Alfonso X, quien fue el
artífice de la construcción del Palacio Gótico. Ya en el siglo
XIV, Pedro I construyó el palacio Mudéjar, sobre todo con el
objetivo de dotar al lugar de estancias privadas más cómodas y
mejor dotadas.