Los Valles Pasiegos se encuentran en
Cantabria, limitando al sur con la Comunidad de Castilla y León
mediante la provincia de Burgos. Están formados por tres valles;
Valle de Pas, Valle de Pisueña y Valle de Miera, que a su vez están
integrados por dieciséis municipios, siendo algunos de los más
famosos, Puente Viesgo, Vega de Pas, Villacarriedo o San roque de
Riomiera.
La comarca goza de un espectacular
paisaje conjuntado con arquitectura típica de la zona y una especial
gastronomía.
Es posible realizar rutas por varios
Senderos o callejear por sus pueblos, así como visitar cuevas con
pinturas rupestres que han sido declaradas Patrimonio de la
Humanidad por la UNESCO (Cueva del Castillo, De las Monedas, Sopeña),
pero si hay un elemento característico de los Valles Pasiegos, son
sus cabañas.
Construidas para la explotación de la
ganadería pasiega, de carácter trashumante. Las familias ganaderas
debían trasladarse en busca de pastos para los animales y por eso
edificaban estas cabañas en diferentes puntos de los valles, para
hacer más fácil su labor.
Son sencillas, construidas en piedra
para soportar las condiciones climatologías de la zona y dotadas de
dos plantas; la inferior destinada a los animales y la superior a las
personas.
Sin embargo, no todo aquí son cabañas.
En los pueblos es fácil encontrar palacetes de estilo montañes y
casa blasonadas.
También pertenece a los limites
geográficos de los Valles Pasiegos el Parque de la Naturaleza de
Cabárceno, donde conviven más de cien especies de animales en
semilibertad y que merece un post aparte.
Su gastronomía tiene como productos
bandera los Sobaos y las quesadas, pero no podemos obviar el cocido
pasiego o los quesos de la comarca.
Paseando por sus calles o sus senderos,
pronto nos sentiremos como pasiegos de toda la vida, pues sus gentes
nos harán amena la visita y nos trataran como si fuésemos vecinos
de siempre.
VEGA DE PAS
En nuestra ultima visita a los Valles,
nos detuvimos especialmente en Vega de Pas. Esta pequeña localidad,
que no alcanza los mil habitantes, es rica en patrimonio, gastronomia
y naturaleza.
En ella se mantienen las formas de vida
de tiempos pasados, lo que la hace aún más atractiva a los ojos del
visitante.
Llegamos a la localidad tras pasar el
Puerto de la Braguía, en cuyo alto, a 720 metros, se observan unas
vistas maravillosas de los valles.
La visita se inicia en la Plaza del
Doctor Madrazo, dedicada al ilustre vecino de Vega, nacido aquí en
1850. Este doctor realizo su carrera en la Universidad de Valladolid,
ejerciendo después en Francia o Alemania. A su regreso a España
decide opositar a la Cátedra de Cirugía pero sus ideales
progresistas le perjudican en su objetivo, así como también le
perjudicarían más tarde a la hora de ejercer en diferentes lugares.
Aún con todas las trabas que le pusieron en el camino, su talento le
abrió paso y consiguió una notable fortuna. Regresó a Vega de Pas,
donde fundó un sanatorio y otro en Santander, donde esta vez si,
pudo introducir las técnicas medicinales aprendidas en Europa.
En la plaza se encuentra el
ayuntamiento, la iglesia del siglo XVIII y una serie de casas en las
que destacan sus grandes cristaleras y sus tejados de pizarra.
Siguiendo el curso que nos marca la
carretera, nos topamos a la izquierda con un busto en honor del
Doctor Madrazo, si elevamos la vista veremos las ruinas del sanatorio
que el mismo fundó.
Entre las construcciones de Vega de Pas
nos encontramos con el Museo de las Villas Pasiegas, en el cual se
muestra una típica cabaña con todos sus elementos.
Cerca del pueblo se encuentra una de
las construcciones más polémicas de este país en la época del
franquismo: El túnel de la Engaña.
Este túnel de casi siete kilómetros
de longitud, se concibió como el paso que uniría Santander con el
mediterráneo, pero nunca se llegó a inaugurar. Une las poblaciones
de Vega de Pas y Pedrosa de Valdeporres, en Burgos.
Las obras fueron realizadas en su
mayoría por reclusos republicanos, que construyeron en primer lugar
dos poblados, uno en cada localidad, para hacer vida en ellos.
La construcción del trazado en el que
se encuentra el túnel se prolongó durante 17 años, años tirados a
la basura para algunos de quienes allí trabajaron y vidas perdidas
inútilmente para quienes allí perecieron, pues nunca vieron estos
lares el paso de un ferrocarril. Sin embargo si que hubo ocasiones en
los que el túnel fue atravesado por camiones, obligados por el
cierre de una carretera de montaña cercana.
Actualmente su estado es lamentable y
un derrumbe en su interior hace imposible atravesarlo.
En la parte cántabra se encuentra la
estación de Yera, que tampoco llegó a utilizarse nunca y se
encuentra en estado ruinoso.
Sin duda alguna lo mejor para disfrutar
estas tierras es caminar sobre sus calles, pero también sobre sus
piedras, descubrir su riqueza natural y terminar la jornada sentados
a la mesa frente aun buen cocido pasiego.
2 comentarios:
Me encanta el Valle del Pas, tiene unos paisajes preciosos y unas cuevas impresionantes pero si quieres que te diga la verdad lo que más me gusta de allí son los sobaos, jejejejee. Un muy buen post que guardaré para cuando regrese ya que hay algunos pueblos que no visité!!! ;-)
Muchas gracias. Es una zona preciosa y con una gran gastronomía, claro está, jeje.
Un abrazo.
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