En Burgos se encuentra la tercera
catedral de España por tamaño y la única en el país que ha sido
declarada Patrimonio de la Humanidad en solitario, sin estar inscrita
junto a un casco histórico u otros edificios.
Un templo gótico con influencias
francesas, alemanas y holandesas. Fundado en el siglo XIII pero
continuado a lo largo de tres siglos más.
No es otra que la CATEDRAL DE SANTA
MARÍA DE BURGOS.
En 1221 comenzó su construcción por
mandato de Fernando III, el Santo y el obispo D. Mauricio, siendo
consagrada 39 años más tarde, en 1260. Inmediatamente se
sucedieron diferentes ampliaciones. Destacan el magnifico claustro y
varias capillas como las de Los Condestables o la de Santa Tecla en
el interior del templo. En el exterior gozan de mayor vistosidad las
las agujas de la fachada principal y el cimborrio del crucero.
Antes de visitar el interior es
menester contemplar durante unos instantes el exterior. En la Plaza
de Santa María su fachada principal con la puerta de Santa María
(que da nombre a la Catedral) y las dos torres que son exactamente
iguales. A pesar de ser esta la entrada principal al templo, esta
reservada para los actos de culto, las visitas turísticas comienzan
en la entrada situada en la fachada sur, la Puerta del Sarmental, la
mas bonita de las cuatro con las que cuenta y dedicada al Cristo
Maestro.
Accedemos al brazo sur del transpto,
punto desde el que apreciamos la belleza del rosetón que corona la
portada.
El recorrido esta perfectamente
señalizado y nos va llevando por las diferentes capillas y salas de
la Catedral. Nos introduce en la de San Juan de Sahagún con un bello
retablo del XVIII.
Pasamos a la zona reservada al culto
introduciéndonos en la capilla del Santo Cristo, también vemos en
esta zona el famoso Papamoscas (muñeco que abre y cierra la boca
cuando el reloj da las horas) y la capilla de Santa Tecla.
Regresamos a la zona turística y la
capilla de la Concepción nos recibe. Destaca por su lujoso retablo
flamenco. Junto a esta la Escalera Dorada (salva el desnivel entre el
suelo y la puerta de la Coronería.
Frente a la escalera se haya la nave
central, el crucero. En lo alto se levanta el cimborrio con forma de
bóveda de estrella calada por el que entra la luz exterior al
interior y del que Felipe II dijo: “Más parece hechura de ángeles
que de hombres”. Gran hombre era el que reposa eternamente bajo el
Cimborrio. Los restos del CID Campeador y su esposa Doña Jimena
descansan en un sencillo sepulcro que para nada hace honor a la vida
de tal personaje.
A un lado a la nave el Retablo Mayor
del siglo XVI y al otro el Coro, de 103 magnificas sillas talladas en
nogal. En el centro la estatua del obispo D. Mauricio, gran propulsor
de la Catedral.
Caminando entre otras capillas nos
sorprende, en la parte posterior del Retablo Mayor, la Girola y sus
relieves de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo. Antesala
perfecta para la capilla por excelencia del templo; la de los
Condestables. Un alarde de belleza, los tres retablos que la
flanquean, las robustas columnas, los muros profusamente decorados,
su bóveda estrellada o las estatuas yacentes de Los Condestables
(fundadores de la capilla) son una delicia para los sentidos.
El recorrido nos dirige ahora a la zona
del Claustro y el Museo Catedralicio. Este ultimo se encuentra
repartido en varias capillas, en las que podemos observar una
colección de tapices, retablos, pinturas, cruces, cálices o
documentos, entre otras cosas.
Desde estas capillas se pasa al
Claustro bajo donde se encuentra el Área de Interpretación, donde
encontraremos diferentes objetos, como paneles o maquetas, que nos
harán comprender el proceso de construcción de la Catedral a lo
largo de los años. Aquí están algunas de las estatuas originales
de la fachada principal que fueron retiradas de su emplazamiento para
protegerlas de las inclemencias meteorológicas.
En este punto finaliza la visita al
templo que en 1984 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la
UNESCO adecuándose a varios criterio de selección.
3 comentarios:
Lo que me sorprendió son las dimensiones de todo el recinto!!! desde fuera no lo puedes apreciar, incluso no parece tan grande... Pero es enorme!
De las cosas que más me gustaron fue la escalera forjada, pero es que cualquier capilla o rincón merecía la pena. No me gusta pagar para ver iglesias, aunque he de reconocer que mereció la pena. Además te daban la entrada para el museo del libro, que aunque no es nada del otro mundo, no está mal...
La escapada de este finde la acabamos en el monasterio de Santo Domingo de Silos que también me gustó mucho y estuvimos esperando a las siete de la tarde para escuchar una oración cantada de los monjes, que no fue nada del otro mundo, pero estuvo bien.
Un abrazo!
A mi me pasa lo mismo que a ti, no me gusta pagar por ver iglesias, sobre todo cuando en otro países son gratuitas incluso las grandes catedrales.
De acuerdo en lo de las dimensiones. En su exterior parece estar encajonada en la plaza y entre los edificios de alrededor, eso hace que por dentro parezca mucho más grande.
A mi una de las cosas que me llamo la atención fue la sencilla losa que guarda los restos del CID; con toda la historia - leyenda que tiene a sus espaldas, con toda la importancia que tiene el personaje, para España en general y para Burgos en particular, su "sepulcro" no le hace ninguna justicia.
jajajaja... si es verdad. Me quedé un poco así O_o cuando la ví. Al menos está en un lugar privilegiado...
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