Paseo Itsas Lur

El trazado del antiguo tren minero ha legado un espacio apto para el paseo de los ciudadanos del siglo XXI, entre preciosas vistas del mar Cantábrico y restos del pasado minero de la zona.

Además esta pequeña Vía Verde es paso de quienes buscan llegar a Santiago de Compostela por el norte.

El recorrido que une los barrios de Pobeña y Covarón (ambos pertenecientes al municipio de Muskiz), comienza el el parking del primero. Podemos llegar a él por carretera o desde la Playa de La Arena, cruzando el puente que se encuentra en uno de sus extremos, salvando la desembocadura del río Barbadun.

Una vez en el parking, junto a las casas parten unas escaleras que nos llevan hasta el propio recorrido del ferrocarril entre un bosque de eucaliptos. Pronto accederemos a la pista y el desnivel será más suave que la subida inicial.

Antes de haber llegado al primer kilómetro de caminata encontramos una bifurcación que, tomándola hacía la derecha, nos permite acercarnos al antiguo cargadero.

 

Conocido como Cargadero Mc Lennan por pertenecer a la familia británica Mc Lennan. Fue construido a finales del siglo XIX y dejó de emplearse en 1963. hasta él llegaba el mineral de hierro extraído en los montes cercanos para ser embarcado rumbo a Inglaterra, país que disponía de mayor y mejor industria para tratar el mineral vasco.

El cargadero fue arrancado de su enclave por un temporal que azotó la costa en 2008, el consistorio municipal prometió restaurarlo pero aún no se ha llevado a cabo.

Retornamos a la caja del tren por unas escaleras donde nos llama la atención como el ganado pasta entre las ruinas.

 

Caminamos por la pista de hormigón, bajo las faldas de Campomar y a unos treinta metros sobre el agua que azota y modela los acantilados que nos acompañarán durante todo el recorrido.

El camino se encuentra flanqueado por una barandilla de madera así que no hay posibilidad de perdida.

Avanzando encajonados entre los acantilados y las laderas pobladas de eucaliptos, admiramos las preciosas vistas del mar y pequeñas calas que aparecen entre los acantilados siendo tan solo accesibles por mar, pero también nos encontraremos ganado pastando y unos elementos que nos resultaran extraños a primera vista. Son los sistemas que servían para la extracción de algas.

El camino es amable, encontramos bancos y fuentes que invitan a disfrutar relajadamente del lugar. Es posible sentarse a disfrutar de la panorámica que alcanza Punta Lucero por el Este y tierras cántabras por el oeste.

 

Antes de que nos demos cuenta habremos llegado al punto final, al antiguo poblado minero de Covarón. Lo sabremos porque llegamos a un aparcamiento y una campa que en época estival sirve de merendero a las números personas que gustan de pasar la jornada en tan bella zona.

Aquí podemos encontrar las ruinas de varias edificaciones realizadas para uso de los trabajadores mineros. Hoy sus moradores nos son personas y la flora autóctona se a adueñado del lugar, cubriendo los viejos muros y confiriendo un tono añejo al lugar.

Aquí finaliza el Paseo Itsas lur. Hemos recorrido 2,5 kilómetros y tenemos dos opciones; comenzar el camino de vuelta a Pobeña deshaciendo nuestros pasos o continuar avanzando y tomar la Vía Verde del Piquillo que finaliza en la pedanía cántabra de Ontón, perteneciente a Castro Urdiales.

La primera opción no tiene más misterio que dar la vuelta. La segunda tampoco entraña gran dificultad.

Debemos acceder desde el aparcamiento hasta el barrio de El Hoyo y seguir la pista hormigonada. Esta nueva ruta tiene poco más de dos kilómetros, por tanto es totalmente acometible, pues entre las dos vías haremos menos de 5 kilómetros de ida y algo menos de 10 si hacemos ida y vuelta.

La vía del piquillo nos ofrece las mismas vistas que la anterior pero podremos pasar por el interior del túnel de La Galerna y apreciar la zona donde se encontraba el cargadero y donde hoy quedan restos de los depósitos donde el mineral esperaba la llegada de los barcos.

 

Un sencillo paseo cargado de historia y de preciosas panorámicas que nos harán pasar una agradable jornada a la vera del mar cantábrico.